El gobierno militar ordenó el cierre de escuelas y universidades durante dos semanas, ya que el bloqueo a la importación de combustible declarado por el JNIM causó mayores trastornos.
Publicado el 27 de octubre de 2025
La junta militar de Malí ha anunciado que cerrará escuelas y universidades en todo el país durante dos semanas mientras el país sin litoral continúa sufriendo los efectos de un devastador bloqueo a las importaciones de combustible impuesto por grupos armados en septiembre.
El ministro de Educación, Amadou Si Saban, dijo el domingo que el cierre de escuelas hasta el 9 de noviembre se debió “a interrupciones en el suministro de combustible que están afectando el movimiento del personal escolar”.
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Añadió que las autoridades están “tomando todas las medidas posibles” para restablecer el suministro normal de combustible antes de que las escuelas reanuden las clases el 10 de noviembre.
En una declaración separada, el Comité Interministerial para la Gestión de Crisis y Desastres dijo que el suministro de combustible sería limitado hasta “nuevo aviso” y que se daría prioridad a los “vehículos de emergencia, vehículos de apoyo y vehículos de transporte público” en las estaciones dedicadas.
Esto se produce casi dos meses después de que el grupo armado Jamaat Nusrat ul-Islam al-Muslim (JNIM), uno de varios grupos armados activos en la región del Sahel, declarara un bloqueo a las importaciones de combustible de los países vecinos.
Desde entonces, los grupos vinculados a Al Qaeda han atacado principalmente a los camiones cisterna de combustible procedentes de Senegal y Costa de Marfil, por donde transita la mayoría de las importaciones.
JNIM inicialmente afirmó que el bloqueo era una represalia por la prohibición de las autoridades malienses de vender combustible fuera de las estaciones rurales (el combustible se transporta en bidones y luego se vende). Las autoridades malienses dijeron que la medida tenía como objetivo cortar las líneas de suministro del JNIM.
cola interminable
El bloqueo ha puesto a prueba la frágil economía de Malí y ha afectado los precios de los bienes y el transporte en Malí, que depende de las importaciones de combustible para satisfacer sus necesidades internas.
Los efectos se han extendido a la capital, Bamako, con interminables colas formándose frente a las gasolineras.
Mali, junto con sus vecinos Burkina Faso y Níger, ha estado luchando contra rebeldes locales y grupos armados vinculados a Al Qaeda y el Estado Islámico (ISIS) durante más de una década.
Después de los golpes militares en los tres países en los últimos años, las nuevas autoridades gobernantes expulsaron al ejército francés y confiaron en las fuerzas mercenarias rusas para apoyo de seguridad, pero se espera que poco haya cambiado.
Los analistas dicen que el bloqueo es un revés significativo para la junta militar de Mali, que defendió su toma militar de 2020 como un paso necesario para poner fin a una crisis de seguridad de larga data.


