La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que previamente había congelado más de $ 6 mil millones en fondos para escuelas de todo el país.
La Asociación de Supervisores de la Escuela (AASA) expresó su gratitud por los fondos que se distribuyen a las escuelas y acogieron con la bienvenida a las noticias. Según una encuesta nacional realizada por AASA de más de 600 supervisores, los encuestados estaban preocupados de que sin fondos se verían obligados a terminar ciertos programas escolares, como actividades extracurriculares e instrucción individualizada.
La congelación fue impugnada en una demanda presentada por más de 20 estados a mediados de julio. Los demandantes presentaron demandas contra el Ministerio de Educación (ED) y la Oficina de Control de Presupuesto (OMB) que buscan alivio declarativo y cautelar. Hasta que se llegó a la demanda, Ed envió un correo electrónico a los demandantes el 30 de junio. Los demandantes dijeron que “no se ha tomado una decisión” sobre los fondos esperados para el próximo año.
El Congreso ya había asignado fondos en forma de subvenciones, y había ordenado que la subvención se pagaría antes del 1 de julio. La demanda argumentó que la congelación era inconstitucional bajo la separación de las cláusulas de poder y presentación. Los demandantes alegaron que la “conducta ilegal” de la administración había causado “interrupción” al sistema educativo.
Diez senadores republicanos, dirigidos por Shelley Moore Capit, presidente del Comité de Asignaciones del Senado, que supervisa el gasto en educación, escribió a la administración Trump a mediados de julio en protesta por la congelación de recaudación de fondos.
En la carta, el senador destacó los beneficios que los fondos aportan al sistema educativo del estado.
El programa disfrutará de años de apoyo bipartidista, como los programas extracurriculares y de verano, brindará oportunidades para que los niños envejecidos en las escuelas aprendan y enriquecen, permitiendo programas que apoyan a los estudiantes adultos que trabajan, contribuyen a la economía local, adquieren habilidades laborales, obtienen la certificación de la fuerza laboral y se mudan a la educación postsecondaria.
Con estos pagos de financiación, las escuelas de todo el país deben disfrutar del apoyo de recaudación de fondos para los programas a los que se han acostumbrado.