Los fibromas uterinos (leiomiomas) son un crecimiento no canceroso que crece en el útero. A menudo se detectan durante las visitas ginecológicas de rutina y se pueden encontrar en varios tamaños, ubicaciones y números. Aunque muchas mujeres con fibromas uterinos no experimentan síntomas, para algunos, los efectos de la salud pueden ser significativos.
Causa
La causa exacta de los fibromas uterinos no se conoce completamente, pero varios factores pueden desempeñar un papel en el crecimiento. La genética también es un factor importante. En muchos casos, los fibromas uterinos se realizan en familias. Las hormonas, especialmente el estrógeno y la progesterona, también promueven el crecimiento de los fibromas uterinos. Es por eso que los niveles hormonales a menudo se reducen después de la menopausia cuando caen. La obesidad, la menstruación temprana y las dietas ricas en carne roja y bajas en frutas y verduras también pueden aumentar las posibilidades de desarrollar fibromas uterinos. Las mujeres afroamericanas también tienden a tener síntomas más graves y tienen un mayor riesgo de desarrollar fibromas uterinos.
Síntomas
Los fibromas uterinos pueden ser asintomáticos, y muchas mujeres no saben lo que tienen. Sin embargo, en algunos casos, los fibromas uterinos pueden conducir a una variedad de síntomas. Los síntomas más típicos son el sangrado menstrual severo, los períodos a largo plazo, el dolor pélvico o la presión. Algunas mujeres a menudo sufren de micción, estreñimiento y dolor durante las relaciones sexuales. En los casos más graves, los fibromas uterinos pueden causar infertilidad, como aborto espontáneo o parto prematuro, o complicaciones del embarazo. La condición de qué condición es a menudo depende del tamaño, el número y la ubicación del fibroma uterino.
Prevención
Si bien algunas precauciones pueden no detener los fibromas uterinos, algunos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo o controlar la condición. La obesidad es un factor de riesgo para los fibromas uterinos, por lo que el ejercicio regular y el peso saludable son importantes. Una dieta saludable que contiene muchas frutas, verduras y granos integrales y límites de carne roja y procesada puede ayudar a reducir el riesgo. También hay evidencia de que una dieta rica en vitamina D puede tener beneficios protectores. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar esta asociación.
En el campo del equilibrio hormonal, controlar el estrógeno es la estrategia principal para prevenir o tratar los fibromas uterinos. En algunos casos, la anticoncepción hormonal, en particular, ayuda a regular el ciclo menstrual, como las píldoras y los dispositivos intrauterinos (DIU), y minimiza el sangrado severo asociado con los fibromas uterinos.
La embolización arterial uterina, la fasciectomía o la histerectomía como último recurso son otras opciones de tratamiento disponibles. Para las mujeres con síntomas más graves, los medicamentos como los agonistas de GnRH y las progestinas pueden ayudar a reducir los fibromas uterinos al reducir los niveles de estrógenos. Los antibióticos de alguna manera suenan, pero algunos casos deben eliminarse quirúrgicamente. Los fibromas uterinos son una condición común que puede exhibir diferentes síntomas. El cuidado del útero junto con las visitas ginecológicas regulares para la detección a través de opciones de estilo de vida saludable puede ayudar a apoyar la salud uterina general.
Dr. Kinjal Avdhut Kothari, ex alumnos de consultores asociados en Goa, Hospital Manipal