Desde lesiones hasta eventos de celebración, muchas confusiones en la vida pueden explicar el aumento de peso anual de la mayoría de las personas. En un nuevo artículo de perspectiva revisada por pares, los investigadores argumentan que este puede ser un factor de falta importante detrás del aumento sostenido de la obesidad global.
“‘La inestabilidad del estilo de vida’ puede ser un factor de riesgo subestimado para el exceso de ganancia de grasa corporal con implicaciones básicas para las estrategias de prevención de la obesidad y la salud pública”, escribió Arthur Daw, científico de ejercicios de la Universidad de Loughborough y sus colegas.
El equipo explica la evidencia acumulada de que el aumento de peso ocurre en las explosiones asociadas con los eventos de la vida en lugar de aumentar constantemente con el tiempo.
Los cálculos basados en cálculos anuales condujeron a la idea de que gradualmente acumulamos al comer algunas uvas que merecen más energía que nuestro peso usa todos los días. Este concepto alimentó la epidemia dietética a menudo problemática.
Pero si bien lo que comemos ciertamente juega un papel importante en nuestra salud, los datos más detallados recopilados por nuevas tecnologías recientes como Fitbit revela que nuestra acumulación de peso es más esporádica de lo que se pensaba anteriormente.
Los investigadores argumentan que cualquier cosa que pueda alterar los patrones de alimentación, como el estrés de la investigación, los desafíos de las relaciones, la enfermedad, las relaciones entre padres e hijos y diversos usos de medicamentos pueden contribuir al aumento de peso excesivo. A medida que se acumulan estas confusiones, nuestro peso también se acumula.
Estudios recientes sugieren que incluso solo cinco días de comida chatarra pueden causar procesos de factor de obesidad en el cuerpo. Cambiar el clima al que está expuesto también puede afectar su metabolismo.

Tales eventos inestables incluyen actividades divertidas, como rellenar un estúpido relleno durante las celebraciones navideñas, pero esta teoría rastrea ya establecidas vínculos entre el estrés y el aumento de peso.
El aumento inducido por el estrés en el cortisol puede suprimir las funciones biológicas que no son necesarias para la supervivencia inmediata, como el metabolismo. Esto libera sangre y energía para la acción inmediata.
En segundo lugar, los picos de cortisol afectan los niveles de insulina, reduciendo los niveles de azúcar en la sangre y causando antojos de alimentos dulces.
Esto puede haber sido útil cuando necesitamos escapar de los osos, pero no es el tipo de estrés continuo que es probable que experimentemos hoy, como el estrés financiero causado por el aumento de los costos de vida.
Daw y sus colegas sugieren que las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, pueden ayudar a reducir el riesgo de muchas interrupciones en la vida.
Sin embargo, también es importante recordar que muchos factores contribuyen a nuestro peso. Por lo tanto, centrarse en comer y viajar lo más saludable posible, en lugar del peso en sí mismo, puede aumentar la probabilidad de resultados más saludables.
“Si los disruptores de estilo de vida son los principales impulsores de las ganancias anuales de grasa, las estrategias de prevención deberían centrarse en estos eventos”, concluyeron Daw y el equipo. “Si los aumentos de grasa se producen en un episodio corto, las intervenciones efectivas solo pueden requerir cambios de comportamiento temporales raros”.
El artículo de perspectiva se publicó en el International Journal of Obesity.