 
								(Edición – Ilustraciones Gráficas – MetroCreativeConnection)
El Detroit News informó el miércoles que General Motors ha despedido a miles de trabajadores de sus instalaciones de fabricación en Ohio y Michigan. Si bien es tentador sugerir que la razón es puramente una cuestión de deseo excesivo de GM de mantenerse al día con el impulso de los vehículos eléctricos, la realidad es un poco más complicada.
Se espera que la planta de celdas de batería Ultium Cells de la compañía en Warren, Ohio, elimine alrededor de 550 puestos de trabajo y despida a 850 personas, informó CNBC. También se despedirá a unas 700 personas en la planta de Ultium Cells en Tennessee.
Aquellos que alegremente señalan los despidos como prueba de que el movimiento de vehículos eléctricos está fracasando deberían ser silenciados rápidamente recordando que a menos de dos meses de Navidad y en medio de un cierre del gobierno federal que está poniendo en riesgo todo tipo de recursos, cientos de residentes del estado de Buckeye han sido despedidos o han perdido sus empleos por completo.
Y no se trata de reevaluar el deseo de los estadounidenses de conducir coches eléctricos.
“En respuesta a una desaceleración a corto plazo en (nuestra) adopción de vehículos eléctricos y a un entorno regulatorio en evolución, General Motors está realineando la capacidad de producción de vehículos eléctricos”, dijo la compañía en un comunicado. “A pesar de estos cambios, GM sigue centrado en su huella de fabricación en Estados Unidos…”
Uno de esos cambios son las mejoras planificadas en sus instalaciones en Ohio y Tennessee, que permitirán a la compañía reanudar las operaciones en ambas ubicaciones a mediados del próximo año, según CNBC. Mientras tanto, la compañía también está recortando cientos de empleos en su campus tecnológico global cerca de Detroit mientras lidia con su “entorno regulatorio en evolución” y la incertidumbre sobre cómo soplarán los vientos día a día en Washington, D.C. El crecimiento del gasto continúa desacelerándose mientras las familias siguen siendo cautelosas con la forma en que gastan su dinero.
Las empresas no toman este tipo de decisiones por caprichos políticos. Les interesan los números y los hechos… les interesa lo que los beneficiará y lo que es mejor para la empresa y sus empleados. (Los residentes en Mid-Ohio Valley no necesitan buscar más allá de la evidencia de que Menards aún no cree lo suficiente en la salud económica del área como para construir una tienda digna del letrero que deja visible desde la Interestatal 77 y Emerson Avenue. No es porque Menards haya decidido que los locales no están interesados en comprar materiales y herramientas de construcción).
“Seguimos creyendo que los vehículos eléctricos tienen un futuro sólido… pero se necesitan algunos cambios estructurales para garantizar que el costo de producción de vehículos eléctricos baje”, dijo el director financiero Paul Jacobson en CNBC.
GM no se ha rendido con los vehículos eléctricos. La forma en que pensamos acerca de producirlos está cambiando. Mientras GM está pasando por estos dolores de crecimiento, el resto de nosotros deberíamos evitar los golpes políticos bajos y, en cambio, recordar que los empleados de GM también están pasando por dolores.
 
		 
									 
					
