Varios migrantes en un vuelo disputado que llevaba venezolanos que habían sido deportados a El Salvador por la administración Trump dijeron que habían sido deportados a Salvador, según una nueva presentación del tribunal. Para expulsar al país, el presidente Donald Trump convocó las leyes de guerra del siglo XVIII, que ahora están en el corazón de la batalla legal de los Hightakes.
Una inmigrante, una mujer venezolana, dijo que ella y otras siete mujeres regresaron a los Estados Unidos después de que el avión aterrizó en El Salvador.
Nicaragua, el segundo inmigrante, fue uno de los vuelos el 15 de marzo y luego regresó a los Estados Unidos. Dijo que El Salvador había eclipsado a los funcionarios de Salvador que le decían a las autoridades de inmigración y aduana (ICE) que “no detendríamos a nadie de otro país centroamericano debido al conflicto que causa”.
La declaración se presentó ante el juez James Boasberg, quien está considerando si la administración Trump violó una orden judicial del 15 de marzo para devolver un vuelo que transportaba a los venezolanos que fueron deportados bajo la Declaración de Enemigos Alien Alien Trump.
Más contexto: fue verbalmente que los dos vuelos habían despegado en el momento en que se emitió Boasberg, y la administración citó “seguridad nacional, seguridad, regulación y temas lógicos” en la orden del juez, lo que sugiere que cambiar los aviones para devolver a los inmigrantes no es factible.
El abogado de inmigración dijo que la nueva declaración “refutaría” la afirmación de que las órdenes de Boasberg eran logísticamente ineficaces.
La Declaración de la Mujer Venezolana dijo que había escuchado a dos funcionarios del gobierno discutiendo la orden judicial del 15 de marzo en “unos minutos” de su avión que despegaba de Laredo, Texas. Un funcionario, ella dijo, “no podemos despegar, pero tenemos una orden de que ya lo tenemos”.