En términos de capitalización de mercado, Nvidia es actualmente la segunda empresa que cotiza en bolsa más grande del mundo después de Apple. Es por eso que Nvidia ha recibido mucha atención últimamente.
Y ahora, como informó Bloomberg, la emisora de televisión pública China Central Television informa que el regulador del mercado de China ha abierto una investigación sobre la adquisición de Mellanox por parte de Nvidia.
Puede que este nombre no le suene familiar, pero en 2019, Nvidia gastó casi 7 mil millones de dólares para adquirir Mellanox, una empresa israelí que desarrolla chips de alto rendimiento para supercomputadoras. El gobierno chino aprobó la adquisición a cambio de varias promesas.
Entre otras cosas, Nvidia (y Mellanox) prometieron compartir información sobre nuevos productos con los competidores de Nvidia dentro de los 90 días posteriores al lanzamiento. De manera similar, Nvidia acordó permitir que los fabricantes de chips chinos prueben la tecnología de Mellanox para ver si sus productos funcionan bien.
NVIDIA se encuentra actualmente en una posición incómoda ya que el gobierno de EE. UU. ha introducido restricciones a los fabricantes de semiconductores, incluida NVIDIA. No podemos vender chips de IA de última generación a empresas chinas.
Esto provocó represalias por parte del gobierno chino. Por ejemplo, China prohibió la venta de algunos productos Micron tras una investigación de ciberseguridad. La investigación de hoy parece ser el último avance en una disputa económica en curso entre China y Estados Unidos sobre tecnologías clave, incluidas GPU de vanguardia para entrenamiento e inferencia de IA generativa.
Los analistas financieros estiman que las siete mayores empresas de tecnología reportarán un crecimiento de ganancias del 18% en 2025. Sin embargo, si se elimina a Nvidia de ese grupo, el crecimiento de las ganancias en 2025 sería solo del 3%. Esto muestra cuán importante se ha vuelto la inteligencia artificial para el crecimiento económico. .
La administración Biden anunció la semana pasada una amplia prohibición comercial de tecnologías avanzadas, con especial atención a los chips que pueden usarse en equipos militares e inteligencia artificial.