Comentario de Elliott Black | La mayoría de las personas deploran el uso constante de teléfonos celulares por parte de los niños (y algunos adultos) y creen que esto los perjudica y los aleja de mejores actividades, creo. Pero, ¿qué debemos hacer ante este creciente problema?
Nadie ha encontrado todavía una solución a esta pregunta.
Pero recientemente un país ha dado un paso en esa dirección.
El gobierno australiano está trabajando en este tema. Ese gobierno se está centrando en las empresas que operan estas plataformas, en lugar de centrarse en los usuarios involucrados, principalmente los niños. Qué enfoque tan novedoso para centrarse en la industria misma.
La idea es proteger la salud mental y el bienestar de los niños de los efectos negativos de las redes sociales. Los problemas que enfrentan los niños incluyen el odio y el acoso en línea.
Lo que será innovador es la forma en que el gobierno aborde esto. El gobierno australiano quiere que las propias empresas de redes sociales encuentren una manera de evitar que personas menores de 16 años obtengan cuentas para acceder a estas plataformas.
Sin embargo, es importante señalar que el enfoque del gobierno australiano está en las empresas que proporcionan la plataforma y obtienen ingresos de su operación.
“Si podemos ganar dinero con esto, podemos resolver el problema”, dice el gobierno.
Tenga en cuenta que los australianos no están diciendo a las empresas de plataformas cómo hacer esto. El gobierno considera que estas empresas son lo suficientemente inteligentes como para encontrar soluciones, así que permítales perseverar para proteger el bienestar de los niños pequeños.
Los niños y los padres en Australia también deben tener en cuenta que no existe ninguna penalización por el uso de las redes sociales. Sospechamos que los niños encontrarán formas de sortear esta nueva restricción, pero la atención seguirá estando en los proveedores de plataformas.
¿Funcionará esto? ¿Quién puede decirlo? Sin embargo, Australia es un país con una población de 26 millones, aproximadamente el doble que Georgia, que tiene una población de 11 millones. Australia es lo suficientemente pequeña como para que si pudiéramos encontrar una manera de solucionar este problema, habríamos ayudado a mostrar al resto del mundo una manera de atacar esta situación.
En otras partes del mundo, la era de las computadoras y las redes sociales se han disparado, sorprendiendo a la gente con su poder de gran alcance. Esta nueva forma de comunicarse puede ser poderosa… pero no necesariamente para mejor.
El mundo está empezando a darse cuenta de algunos de los peligros y beneficios de esta nueva era de intercomunicación. Hasta ahora, no ha habido muchos esfuerzos gubernamentales para controlar este fenómeno. Pero el mundo se está dando cuenta de que este nuevo enfoque requiere cierta regulación.
Además, no pase por alto la naturaleza política de esta comunicación. Hoy en día, las guerras modernas no se libran en trincheras o ataques aéreos, sino en países que buscan influir en la política de otros países a través de estas plataformas.
Los australianos nos muestran una forma de abordar los problemas causados por las redes sociales. Depende de estas empresas de plataformas garantizar que su trabajo se realice por el bien común colectivo.
Gracias, Australia.
Elliott Black, reportero de un periódico de Georgia desde hace mucho tiempo, es el editor y editor de GwinnettForum.com.